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POR LA LIBERACIÓN DEL PENSAMIENTO

viernes, 14 de mayo de 2010

LA RESPONSABILIDAD O LA IRRESPONSABILIDAD SOCIAL DEL PERIODISTA

Mientras el común de la gente vive, disfruta o sufre cada momento que acontece a su alrededor, el periodista lo expresa mediante la palabra y lo difunde por los medios. Su trabajo no es fácil porque implica desprenderse de la subjetividad propia de la visión individual condicionada por creencias e intereses personales determinados por su bagaje cultural.

A pesar de la fundamental responsabilidad de su función, la profesión de periodista atraviesa una etapa desconcertante debido a la extremada influencia de las grandes cadenas de medios sobre la información, la manipulación de la noticia que se adecúa a los intereses del poder económico, hasta extremos tan graves como los de generar conflictos violentos, dejando a un lado su responsabilidad con la ciudadanía y doblegándose ante los intereses de sus empleadores.

Pero no todos los periodistas se suman a quienes aceptan que sus editores manipulen la información que ellos recogen, a veces hasta con una cuota de sacrificio, anteponiendo su ética profesional e individual ante el temor de ser despedidos de sus trabajos. En distintas partes del mundo han surgido movimientos de profesionales del periodismo que se revelan a seguir el camino del periodismo sumiso.

Un ejemplo de esto es lo ocurrido en España donde 1600 periodistas preocupados por la situación suscribieron el llamado “Manifiesto por la Independencia de los periodistas”, en el que expresan su convicción por la independencia de los periodistas como una condición fundamental para cualquier sociedad. Y es que la profesión del periodismo no puede estar condicionada a ningún otro interés diferente al de las mayorías quienes ponen en sus manos toda la credibilidad y confianza.

O el caso de Venezuela, donde el pueblo se ha convertido en periodista como consecuencia de la desinformación impuesta por los grandes medios de comunicación. Apoyados en sus propios medios alternativos libres y comunitarios, el pueblo ha roto el cerco mediático llevando la verdad informativa al resto del país.

Tanto el silencio informativo como la deformación de la verdad son igualmente peligrosos y eso se pudo comprobar en el infortunado Abril del 2002 cuando los medios de comunicación y sus periodistas se convirtieron en actores protagónicos de un Golpe de Estado contra el gobierno del Presidente Chávez. Sin embargo ocurrió un fenómeno comunicacional maravilloso cuando el pueblo tomó el periodismo en sus manos y logró el rescate de la democracia y la paz en el país. El pueblo dio una gran lección a quienes tienen la responsabilidad de informar la verdad. Este episodio debería servir de ejemplo a los periodistas y un llamado a la toma de conciencia de su responsabilidad ante la sociedad.

La periodista peruana Pamela López de Santa María, en su artículo “Iluminando las zonas oscuras”, hace referencia a El Libro Negro de la Justicia Chilena de Alejandra Matus (1999) quien describe en pocas palabras la gravedad que reviste un periodismo condicionado a los intereses del poder.

"sin real libertad de expresión, el periodismo se pervierte, pierde su altura ética y puede transformarse en un engendro monstruoso: inquisitivo, osado, mordaz, descalificador y hasta cruel contra quienes no tienen leyes que los protejan; tolerante, obsecuente y servil con los poderosos, sin excluir, por supuesto, a la autoridad, a la que sin embargo está llamado a fiscalizar"

Ciertamente la gran responsabilidad que el periodista tiene frente a la sociedad es comparable con la del maestro. Quienes lo siguen, confían en él como testigo y/o investigador de los acontecimientos. Es mucho lo que este profesional de la noticia puede lograr en el comportamiento de la sociedad, pero así como contribuye a la construcción de una sociedad sana, puede también empujarla a grandes abismos y a su destrucción cuando lejos de colocarse del lado de la verdad, la manipula o la obstruye.

Como dice Fernando Buen Abad en su Filosofía de la Comunicación, “Usada para sublimar o escandalizar, la comunicación se volvió mercancía manejable capaz de llamar la atención de cualquier mirada”. Y los periodistas se han convertido en cómplices de esta deformación del deber ser de la comunicación.

Cada minuto que pasa es un tiempo perdido en función del rescate ético de la profesión periodística. Así que es el momento de tomar consciencia y de que cada quien se pregunte si está actuando responsable o irresponsablemente ante la sociedad que ha puesto en sus manos la fundamental tarea de llevarles la verdad.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS.

• Buen Abad, Fernando. FILOSOFIA DE LA COMUNICACIÓN. Biblioteca Popular para los Consejos Comunales. Fundación Editorial El perro y la rana, Caracas, 2007.
• Herrera, Earl. EL QUE SE ROBO EL PERIODISMO QUE LO DEVUIELVA. Biblioteca Popular para los Consejos Comunales. Fundación Editorial El perro y la rana, Caracas, 2007.
• López de Santa María, Pamela. Iluminando las zonas oscuras. Tomado de: http://www.saladeprensa.org/art470.htm
• Bauluz, Javier. Periodistas en guerra. Tomado de: http://www.pucp.edu.pe/eventos/fotoperiodismo/pdf/per_enguerra_bauluz.pdf

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